Uso o No Uso de Información Privilegiada

El transitar de Sebastián Piñera suele generar desconfianza en su entorno. ¿Jugará algún día al Loto? De seguro que le apunta a los seis números. En una de esas, los sabe de antes.

Es uno de los grandes. ¿Cómo decirlo? Es uno de los grandes. De los grandes empresarios de Chile. Egresado en el '71 de Economía en la PUC y con honores. Sebastián Piñera, el multimillonario más rostro-político de la fauna política nacional, no deja de causar revuelo y polémica por el increíble éxito de sus negocios.

En los '80, cuando estaba a cargo del primer banco en Chile de inversiones, el Citicorp, generó nuevas empresas como Bancard, con la cual trajo al mercado chilensis el "dinero de plástico": Mastercar y Visa. Emprendedor y visionario. Buen negocio, sin lugar a dudas.

La pregunta simpre está: ¿Qué sabe Piñera que nadie más sabe?

Siempre se mira con suspicacia su intromisión en algún negocio. Más aún, su incursión en la política.

Senador desde el '90 al '96', ha sido el más jóven con 40 años recién cumplidos. "La locomotora de Chile" se empinaba en lo alto de la política con claras aspiraciones presidenciales. Pero bastó un Claro, claro contendiente de Piñera, quien con una humilde radio Kioto liquidó sus aspiraciones. Mascando la rabia, siguió con sus negocios. Tendría que esperar.

Cada vez que se asoma en el escenario político el también doctor de Harvard, sus enemigos más acérrimos, mágicamente aglutinados en el partido denominado UDI, comienzan a recopilar toda la información que tienen de él (toda esa información que está accesible para todos los chilenos... menos nosotros). Como debe de suponerse, es lógico que, para estar donde está, algo debe de haber hecho el ex-presidente de RN. Y con esas pruebas chantajean sus opciones. Lo hicieron hasta la última elección, donde, luego de no confiar en la decaída candidatura del desgastado Lavín, se alzó como el vencedor de la derecha en primera vuelta y en el balotage alcanzó el 46,50%, superado por 7 puntos por la actual presidenta, Michelle Bachelet.

Pero, la política, no es el tema en este caso. El dueño de LAN y Chilevisión, no camina silenciosamente cuando realiza un negocio. Hace poco, realizó una operación bursátil comprando acciones de LAN, con la cual ganó, así como si nada, 8 millones de dólares. Sí, de dolares. No unas chauchitas. Ocho millones de dólares. Nadie podía no mirar de mala manera el tremendo negocio que hizo Sebastián Piñera. Inmediatamente, se le acusó de uso de información privilegiada. Es decir, Piñera sabía algo que nadie más sabía. Sumamente confidencial. Sumamente efectivo.

Mas, como son las cosas de la vida, se investigó y el superintendente, que incluso tuvo que ir al Congreso, esclareció (nada que ver con el Claro anterior) el asunto, sin encontrar mayores problemas en la operación del último abanderado presidencial de la Alianza. Todo limpio. Obviamente, en los pasillos de la política chilena, sigue la sospecha.

Ahora, sin contar el último no triunfazo del deporte nacional, se podría haber sospechado de su entrada a Blanco y Negro SA. ¿Por qué? Pues, este año, ha sido un año brillante de Colo-Colo, alcanzando el Campeonato de Apertura, la semifinal (aún jugándose) del Clausura y la final de la Copa Sudamericana. En este año, una figura chilena se ha consolidado incluso internacionalmente (el jóven Matías Fernández) y un goleador se ha destapado (Humberto Suazo). Pero, ¿cómo sabía Piñera, un ferviente hincha de la UC, que éste sería un excelente año para el cuadro del cacique?, ¿qué sabe él, que nadie más sabe? La inversión ya está recuperada. Ahora, todo es ganancia. Cantemos todos, de Arica a Magallanes.