Tuesday, November 14, 2006


Un puente para Chiloé

Y seguirá destiñéndose sin puente...



Bitrán fue preciso: no se realizará el puente y se buscará una alternativa mucho mejor para los chilotes.
"Una solución mucho mejor para nosotros, pero según él" declara una mujer habitante de la isla grande.

25 millones de dólares se fueron (por no decir "perdieron") en estudios de la concesión. Y se fueron, así no más. Con mi empatía exclamé: "¡No puede ser!",y, derivado de una solidaridad extrema, pensé en regalarles algo a los chilotes que les pudiera servir.

Y llegué a San Joaquín y me encuentro con la tan bullada pasarela. Obra prometida por varias Federaciones y que se pudo construir el 2003. "¿Nosotros tenemos semáforo, pasarela y metro a la puerta y los chilotes, nada?", porque tener uno que otro transbordador, no es lo mismo que pasar raudamente en un busecito un puente que te conecta con el continente.

La idea de regalar la pasarela al pueblo chilote no es descabellada. Es cosa de ver el diseño de ésta: su abrupto final en el costado oriente de la estación de metro San Joaquín tiene explicación. Los planos demuestran que la pasarela original se extendía hasta cubrir 2700 metros, suficientes para cruzar el canal de Chacao y unir a la Isla.

La comunidad universitaria debe apoyar esta moción.
Que sea parte de la inserción de la PUC en los problemas de Chile. No queremos solamente tener expertos que hablen del tema y bla bla bla. No.Queremos soluciones reales. Y, tal vez, nuestro aporte hará que la bandera de la Universidad flamee con los vientos sureños en los hogares de aquel archipielago dejado de lado por nuestras autoridades.

Y por qué no hablar de un nuevo campus. Y de un Food Garden con curanto...

Lo siento, Capitán

El problema de las jinetas nunca fue percibida por miembros del organismo principal del balompié. Los únicos que sufrieron esta molestia, fueron los capitanes, obviamente.


La comodidad para practicar una disciplina deportiva cualquiera es importante, tanto para evitar lesiones como para desenvolverse de mejor forma en dicha actividad. Para ello, hay que tener en vista las condiciones del recinto, la indumentaria y los adminículos adjuntos.

El mundial de fútbol de Alemania no solamente dejó una selección italiana tetracampeona ni un dulce o agraz sabor de nuevo fracaso Argentino o Checo. Tampoco dejó las ganas de ver a un astro mundial llamado Ronaldinho llevándose, sin contrapeso, la corona para su natal Brasil o el que un clásico como lo es Zidane, se retirara en lo más alto de una cita futbolera [sin incluir su cabezazo a Materazzi, claro está].

Tanta tecnología desplegada en Alemania fue sobrecogedor. Los estadios de última generación, los medios de transporte, la identificación de entradas, el teamgeist (balón de 14 caras que no causaría polémicas si rebotaba sobre la línea de gol), las indumentarias elaboradas con prolijas telas Hi-Tec, los siempre nuevos zapatos de fútbol con mil y una capacidades, etc., etc. La modernidad abarcó casi todo el ambiente mundialista, dando una sensación de modernidad futurista increíble y que, junto con la danza de millones que se puso en escena para llevar a cabo tan magna presentación, plantea la inquietud de si Sudáfrica podrá superar el desafío mundialero.

Pero, si se pensaba el que nada estaba fuera de la vista de la organización, parece que no se percataron de un pequeñísimo detalle. Un detalle que, perfectamente, podría molestar al desarrollo normal del juego. Un detalle que está presente en todos los partidos profesionales (y muchos no profesionales) y que no se comprende cómo no pudo ser abordado de alguna forma: la jineta de capitán.

Bastó con ver los primeros partidos del certamen para ver cómo la inconfundible cinta amarilla o azul entregada por la FIFA, con la imagen de Fair Play impresa, no era más que una molestia constante para el jugador caudillo del equipo. ¿Cómo fue posible que, con tanta tecnología dando vueltas, la FIFA no haya podido mandar a hacer algo cómodo para el deportista? ¿Cómo fue posible que no probaran la efectividad de la jineta, jugando un poquito a la pelota? Porque no creo que dé lo mismo (por algo las mandaron a hacer). Si no, por último, les ponen un poco de cinta de embalaje para marcar al que va al sorteo de partida.

Nada podía ser perfecto, pero si esto incidió en el resultado del mundial, nadie puede saberlo. Pero tener la imagen de Sorín, Ballack, Zidane (en la foto), Nedved, Drogba, Raúl, Rafa Márquez entre otros capitanes, arreglándose una y otra, y otra, y otra vez la jineta, no fue más que una molestia para ellos, y para el humilde público que, a miles y miles de kilómetros, siguió atentamente los partidos. Tan atentamente, como para apreciar ese detalle y los rostros de molestia.